Two Bilingual Poems from Spain
 
		Assembly
Dear fellow carpenters and woodworkers,
	I come with greetings of solidarity from the metaphysicians.
	Among us the situation has also become untenable,
	our members refuse to pay their dues.
	From now on lyrical poetry no longer exists,
	with your consent poetry
	has decided to end all its operations this winter.
	Don’t take this the wrong way,
	but we’d still like to make one request of you,
	my old comrades friends of trees
	remember us when you sing The International.
Asamblea
Queridos compañeros carpinteros y ebanistas,
	les traigo el saludo solidario de los metafísicos.
	También para nosotros la situación se ha hecho insostenible,
	los afiliados se niegan a se niegan a seguir pagando cuotas.
	A partir de este momento la lírica no existe,
	con el permiso de ustedes la poesía
	ha decidido dar por terminadas sus funciones este invierno.
	No lo tomen a mal,
	pero aún quisiéramos pedirles una cosa,
	mis viejos camaradas amigos de los árboles
	acuérdense de nosotros cuando canten La Internacional.
	
	 
McSonet
Who knows if Virgil already ate spaghetti, a simple curiosity
	Pound was a compulsive lasagna eater, Montale addicted to mortadella
	why even bring up Neruda, he almost consumed the planet
	Borges contented himself with a small bowl of sour milk
of Saint-John Perse, we all know his fondness for Peking duck
	Huidobro traveled the world with a pair of cows, what a guy
	Vallejo barely nibbled a little bag of corn
	Eliot adored fast food, it solved his lack of time
Verlaine could spend the day on a syrup crepe
	Pessoa lunched on sardines, there’s no doubt about that,
	San Juan Larrea and Gregory Corso were spiritual vegetarians
poets of every stripe have gobbled-up god alive
	Dante still heats his soup in purgatory
	Góngora sprinkles Quevedo over honey fritters
McSonet
Quién sabe si ya Virgilio comía espaguetis, simple curiosidad
	Pound era compulsivo con la lasaña, Montale un adicto a la mortadela
	para qué vamos a hablar de Neruda, casi acaba con el planeta
	Borges se contentaba con un tazoncito de mala leche
de Saint-John Perse conocemos su debilidad por el pato lacado
	Huidobro andaba con un par de vacas por el mundo, qué tío
	Vallejo apenas con un saquito de choclos
	Eliot adoraba la comida rápida lo que resolvía su falta de tiempo
Verlaine se podía pasar el día con un crepé de sirope
	Pessoa almorzaba sardinhas, de eso no cabe ninguna duda,
	San Juan Larrea y Gregori Corso eran espiritualmente vegetarianos
poetas de todas las condiciones se han comido a dios por los pies
	Dante sigue calentando su sopa en el purgatorio
	Góngora espolvorea Quevedo sobre los buñuelos de miel
Translations from the Spanish
Editorial note: From La casa roja (Madrid: Calambur, 2008).
 
                                                               
                                                               
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
